La autoestima es una importante variable psicológica. Tanto que determina la salud mental y el éxito personal en un ámbito o en otro.

Ha sido definida por diversos autores. Wilber (1995), señala que la autoestima está vinculada con las características propias del individuo. Hace una valoración de sus atributos y configura una autoestima positiva o negativa, dependiendo de los niveles de consciencia que exprese sobre si mismo.

El autor indica que la autoestima es la base para el desarrollo humano. Indica que el avance en el nivel de conciencia no sólo permite nuevas miradas del mundo y de sí mismos, sino que impulsa a realizar acciones creativas y transformadoras, impulso que para ser eficaz exige saber cómo enfrentar las amenazas que acechan así como materializar las aspiraciones que nos motivan.

Esta necesidad de aprendizaje aumenta en la misma proporción que lo hacen los desafíos a enfrentar, entre los cuales sobresale la necesidad de defender la continuidad de la vida a través de un desarrollo equitativo, humano y sustentable.

Fuente: Steiner, D. (2005). La teoría de la autoestima en el proceso terapéutico para el desarrollo del ser humano. Trabajo Especial de Grado. Tecana American University.

Desde la práctica clínica, observamos que la autoestima no es algo unitario. Se divide en ámbitos… Así, una persona puede tener una autoestima buena en el ámbito laboral, pero bastante peor en el ámbito de las relaciones íntimas. Lo que puede hacer que tenga grandes dificultades para confiar en los demás y/o en sí mismo en este ámbito.

En psicología cognitivo-conductual analizamos el comportamiento que mantiene esto en el individuo para hallar las claves y poder ayudar a la persona a mejorar su autoestima en el ámbito que se trate.


CASO REAL ATENDIDO EN GRANADA

Mujer, 36 años. Acude a consulta sola. Médico de profesión. Ejerciendo. Casada. Once años de relación. Tiene un bebé de cuatro meses y un niño de 7 años. Vive con su esposo en una casa al lado de la parcela de los padres de él. Define a sus suegros como personas excelentes. Afirma tener algunos problemas con su esposo. No hay diálogo ni comunicación. El motivo de consulta es que S. desea mejorar su autoestima y mejorar su estado de ánimo para afrontar su situación personal. Lleva muchos años con falta de cariño por parte de su pareja. Su pareja no desea venir a consulta. Cuando ha estado mejor es cuando habla con sus amigas, cuando ve a su hijo contento, cuando está en el trabajo o en cualquier actividad donde no esté su marido. Se considera una persona disciplinada y normal. Le gusta hacer cosas como ir a la playa, esquiar, salir a tomar café con la familia o con sus amigas (están lejos), escuchar música mientras estudia. Duerme bien, pero no puede realizar ejercicio físico por falta de tiempo. Le gustaría cambiar de sí misma su inseguridad y aprender a racionalizar las cosas.

Total de 13 sesiones. La terapia psicológica de enfoque cognitivo es una de las herramientas más eficaces a la hora de tratar los problemas de autoestima. En ella, con el fin de aumentar y reforzar su autoestima, se enseña al paciente a pensar de una forma más constructiva y realista respecto a sí mismo, ayudándole a eliminar la constante autocrítica que le limita a la hora de enfrentarse a diferentes acontecimientos de su vida.

En la mayoría de los casos, este tipo de terapia se combina con paquetes de tratamientos que ayudan al paciente a eliminar algunos déficits que pueden encontrarse en la base de su baja autoestima. Por ejemplo, mediante un entrenamiento en habilidades sociales que ayuda a mejorar la cantidad y calidad de las relaciones sociales.

La baja autoestima tiene consecuencias negativas en nuestras emociones. En algunas ocasiones, la baja autoestima actúa interaccionando con otros factores, facilitando el desarrollo de una patología emocional específica (depresión, fobias, ataques de pánico, trastorno de la personalidad, …)