Estoy agobiado

¿Alguna vez te has cuestionado que lo que ocurre a tu alrededor te afecta mucho?. Resuene en ti esta pregunta ¿para qué me afectan tanto las cosas?

Es momento de tomar conciencia de que estás al límite de tus fuerzas donde el estrés, la sobrecarga, la ansiedad, el agotamiento emocional se apoderan de la circunstancia y con esto hacer cambios…

Para ello, podríamos justificar que la forma en que nos afectan las cosas en un momento dado, puede partir de una condición mental determinada. Si es cierto, que el estrés eleva la susceptibilidad y que la ansiedad, hace de un grano de arena una montaña. Pero, hay que tener presente que existen, en la mayor parte de los casos, factores más profundos e interesantes del ser humano, que, ante eventos más serios y trascedentes, nos hace sentirnos completamente superados e incapaces de aplicar medidas de afrontamiento.

Las razones de por qué es esto así, es debido a que nuestro corazón no es de hierro, ni de piedra. Todos nuestros órganos se envuelven de emociones, lo cual, es normal que nos duela y nos afecten determinadas cosas. El problema está en ese momento en el que casi cualquier aspecto del día a día nos turba y exalta los miedos, las angustias y las preocupaciones.

De este modo, para empezar a vislumbrar para qué me afectan las cosas, debemos concebir nuestro interior emocional, como un vaso lleno de agua. Ésta es la mejor manera de observar cómo funciona tu interior y la gestión emocional ante los acontecimientos. El líquido que contiene son las emociones rebosadas y apunto de derramarse. Basta cualquier ligero movimiento, temblor o suspiro para notar cómo está al límite, a punto de estallar. Debido, al pensamiento excesivo que alimenta la preocupación.

Las rumias o también llamados pensamientos recurrentes, hacen llenar las noches de preocupaciones y las mañanas de cavilaciones de la mayoría de los que habitamos este mundo. Pasar semanas pensando las cosas sin tomar ninguna decisión. Acarrea obsesionarnos con el “qué pasaría si’ y el “debería” hasta hacer de nuestra mente un juez implacable que siempre nos castiga, viendo la vida entre el bien o el mal, por no hacer esto y lo otro… En definitiva, se entra en unas dinámicas mentales que alimentan el malestar y logran que todo nos afecte más de la cuenta.

La razón de para qué nos afectan tanto las cosas puede estar en el pasado: en un acontecimiento no resuelto. Hay heridas que permanecen abiertas y esto puede hacer que todo me roce, que todo me duela en exceso porque hay una lesión emocional que no he atendido aún. Es por ello que a veces reaccionamos de manera desmedida ante aspectos que en apariencia no son importantes. El umbral de sufrimiento es muy sensible y de ahí, la afección.

«Estoy agobiado» es una de las frases más oídas en consulta. Cuando una persona dice «estoy agobiado» puede ser porque se esté enfrentando a una situación difícil, porque no tenga los recursos suficientes para afrontarla o por las dos cosas.

Aquí te dejo algunas sugerencias que podrían ayudarte:

  1. Respira profundamente: La respiración profunda puede ayudar a calmar tu mente y reducir el estrés.
  2. Haz ejercicio: El ejercicio físico puede liberar endorfinas, que son químicos en el cerebro que actúan como analgésicos naturales.
  3. Habla con alguien de confianza: Compartir tus preocupaciones con un amigo o familiar cercano puede aliviar la carga emocional.
  4. Practica la meditación o el yoga: Estas prácticas pueden ayudarte a centrarte en el presente y reducir los pensamientos negativos.
  5. Dedica tiempo a tus hobbies: Hacer algo que disfrutes puede distraerte de tus preocupaciones y mejorar tu estado de ánimo.

Más consejos:

Por supuesto, aquí tienes algunos consejos adicionales:

  1. Mantén una dieta equilibrada: Comer alimentos saludables puede tener un impacto positivo en tu estado de ánimo y energía.
  2. Duerme lo suficiente: El sueño inadecuado puede aumentar los niveles de estrés. Intenta mantener una rutina de sueño regular.
  3. Escribe en un diario: Escribir tus pensamientos y sentimientos puede ser una forma efectiva de expresar lo que estás experimentando y puede ayudarte a entender mejor tus emociones.
  4. Pasa tiempo en la naturaleza: Estar al aire libre puede tener un efecto calmante y puede ayudarte a sentirte más conectada con el mundo que te rodea.
  5. Practica la gratitud: Tomarte un momento cada día para reflexionar sobre lo que agradeces puede cambiar tu enfoque hacia lo positivo.

Cada vez que una persona se dice a sí misma «estoy agobiado» o «no puedo», su estado mental empeora, así que aconsejarmos cambiar el DIÁLOGO INTERNO lo primero.

En vez de decirte a tí mismo «estoy agobiado», cambia tu diálogo por otras frases más adaptativas como «esto sí puedo hacerlo».

Una forma de dejar de decirse «estoy agobiado» también es fijarse en aquello que nos es favorable en la situación que vivimos, en vez de centrarno solo en lo desfavorable. Somos así más objetivos.

Puedes hacer un REGISTRO de tus pensamientos para llevarlos a la primera consulta, eso ya es ¡trabajo hecho!

Antecedentes: llego a casa de trabajar y mi esposo me dice que no puede más con los niños y se va.

Pensamientos: «estoy agobiado» «no puedo descansar» «llego de trabajar y no puedo parar»

Consecuencias: me enfado y empiezo a exigirle a mi pareja.

Recuerda, es importante cuidar de ti mismo/a. Si necesitas más ayuda, no dudes en preguntar. 😊

Está bien pedir ayuda si te sientes abrumado/a. Considera la posibilidad de buscar apoyo profesional si estos sentimientos persisten. No estás solo/a. 🤗

Por Sheila Jerónimo Psicóloga Social colegiada y psicoanalista en Centro ARPA