Por Andrés Sánchez Zafra

En la actualidad los superalimentos son un tema de actualidad, donde podemos leer o escuchar opiniones encontradas; ¿Son una moda o una realidad?, o por el contrario: ¿debemos de incorporarlos en nuestra alimentación diaria para mejorar la salud?

Historia repetida

A lo largo de la historia se hemos visto como novedades alimentarias han tenido opiniones encontradas; recordemos cuando el maíz llego de américa y se apodero de los cultivos europeos, por un lado, se vio como una oportunidad para la población, pero a la vez este consumo de moda fue el desencadenante de la enfermedad de la pelagra en Europa, cobrando a su paso miles de vidas.

Como podemos ver la ‘novedad’ se repite con los denominados superalimentos, para unos una moda y para otros un filón de salud.

¿Qué son? ¿Tienen beneficios?

En la actualidad no podemos encontrar una definición realizada por la comunidad científica, no estableciéndose limites legales para utilizar esta palabra por la industria.

A modo general, podemos decir que los superalimentos tienen en común que son alimentos no propios del consumo tradicional y con un origen exótico. De forma general, mantienen precios muy superiores a los alimentos tradicionales y unos supuestos beneficios milagrosos.

Pero; ¿podría decir un país donde no se consuman nuestros garbanzos (con inmensas virtudes), que son un superalimento?

En el mercado actual español podemos encontrar una extensa lista: chía, quinoa, kale, aceite de coco, sal del himalaya, espirulina…

Y si, es cierto que estos alimentos son ricos en infinidad de nutrientes, por ejemplo, la chía es muy rica en grasas Omega 3 y altas en fibra, pero no solo nos lo puede aportar este alimento, las nueces que llevan años en nuestra alimentación aportan también estos nutrientes beneficiosos.

En ocasiones puede inducirse a errores en la población, como puede ocurrir con la sal del himalaya con propiedades creadas por la industria, recordemos que la sal del himalaya en un 95% es cloruro sódico, la misma molécula que forma la sal común. Pero más allá de este hecho, debemos de mencionar que en España el único alimento que puede ser fortificado es la sal, en este caso con yodo, debido a que nuestra población presenta niveles bajos de este mineral. Por tanto, desplazamos un alimento que es beneficiosos para la población en general, por otros alimentos de características comunes que no han sido adaptados a la situación actual de la población.

¿Son importantes en nuestra dieta? ¿Todo son beneficios?

El consumo de estos alimentos no arregla una alimentación desequilibrada, baja en ingesta de vegetales, alta en ultraprocesados o alta en azúcares; por tanto, el comienzo debe hacerse desde la educación alimentaria en la población con un patrón alimentario arraigado como la dieta mediterránea, pudiendo incorporar otros alimentos para equilibrar y variar la dieta, pero sin olvidar nuestros productos.

Pagar más por un alimento, no significa que sea mejor. El consumo de quinoa no tiene porque desplazar el consumo de legumbres, que son mucho más económicas y aportan gran cantidad de beneficios a la salud.

Por último, hay que mencionar que el impacto ambiental al consumir estos alimentos es mucho más alto, una de las razones es el aumento en el conste de transporte desde el territorio de origen. Pero no todo es cuestión del transporte, si aumenta el cultivo de estos alimentos en países que no son de origen, pueden incrementar los precios en los países de origen, perjudicando a nivel social y económico.

Por tanto, es importante la figura del dietista-nutricionista a lo largo de todas las etapas educativas y adultas. Su papel en fundamental para comprender las cualidades y aportes de cada alimento, para de esta forma poder desmentir con consciencia y conocimiento este mito.

Bibliografía

Cet P 6. D 2022. Superalimentos exóticos: ¿de verdad no pueden faltar en nuestra dieta? [Internet]. Csic.es. [citado el 16 de junio de 2023]. Disponible en: https://digital.csic.es/bitstream/10261/288249/1/supalimexot.pdf