Una de las cuestiones relacionadas con la alimentación que más preocupa a la sociedad española es: ¿son buenos o malos los lácteos para la salud? En la actualidad existen posturas enfrentadas sobre el consumo de leche y sus derivados una vez superada la edad de la lactancia materna.
Una de las afirmaciones más comentadas es que el ser humano es la única especie que sigue consumiendo leche después del ‘destete’, pero ahora bien… El ser humano también es el único en su especie que tiene un frigorífico en casa, tiene una despensa donde poder guardar alimentos, posee técnicas de cocinado y no tiene porque cazar para obtener alimentos de origen animal.
¿Es entonces el consumo de leche el culpable de la pandemia de obesidad y sobrepeso que se vive en los hogares españoles? Veamos en primer lugar que son.
Los lácteos, son un grupo de alimentos en los que se incluye la leche y sus derivados. Este grupo se caracteriza por ser una fuente importante de nutrientes:
Fuente de calcio: son una de las principales fuentes de calcio en la dieta. El calcio es esencial para la salud de los huesos y los dientes, y su consumo adecuado ayuda a prevenir la osteoporosis y otras enfermedades óseas.
Proteínas de alta calidad: son una fuente de proteínas de alta calidad, que proporcionan todos los aminoácidos esenciales necesarios para el crecimiento y la reparación de los tejidos del cuerpo.
Vitaminas y minerales: Además del calcio, contienen vitaminas como la vitamina D, la vitamina A y varias del grupo B (como la B12, riboflavina y niacina), así como minerales como el fósforo y el potasio.
Beneficios para la salud ósea: El consumo regular se asocia con un menor riesgo de fracturas y enfermedades óseas, especialmente en niños y personas mayores.
Mantenimiento de la salud dental: El calcio y la proteína caseína pueden ayudar a mantener la salud dental al fortalecer el esmalte dental y prevenir la caries.
Digestibilidad: son bien tolerados por la mayoría de las personas y son una fuente de nutrición fácilmente digerible.
Ayuda en la pérdida de peso: Algunos estudios sugieren que los productos bajos en grasa pueden ser útiles en las dietas para la pérdida de peso, ya que pueden ayudar a sentirse lleno con menos calorías.
Contribución a la salud cardiovascular: El consumo moderado puede formar parte de una dieta equilibrada que favorezca la salud del corazón. Algunos componentes de los lácteos, como el potasio y el calcio, pueden tener efectos beneficiosos en la presión arterial
Como podemos observar la importancia de los lácteos en la población es elevada, siendo en general una fuente valiosa de nutrientes que pueden ayudar a una dieta equilibrada y fomentar la salud.
Es importante mencionar que no todas las personas pueden consumir lácteos debido a intolerancias o alergias a la lactosa o la proteína de la leche. En estos casos existen alternativas como productos lácteos sin lactosa o derivados vegetales.
Un consumo adecuado de productos lácteos según las guías españolas de alimentación, establecen 2-4 raciones al día de lácteos o derivados lácteos. Pero dependiendo de la edad y el colectivo a tratar (niños y embarazadas), estos consumos pueden aumentar a 3-4 raciones al día.
Tras este artículo podemos ver como realmente no hay un culpable, en este caso la leche. El problema social actual debe combatirse desde los buenos hábitos de vida y desde la variedad en la alimentación, siendo adecuada, saludable, sostenible y equilibrada. Por ello, desde ARPA confiamos en el modelo de una alimentación equilibrada y variada. No dudes en ponerte en contacto con nosotros para realizar una educación nutricional y corregir hábitos de vida.