Consecuencias del estrés crónico

«El estrés es como la especia: en la proporción correcta realza el sabor de un plato. Muy poco produce una comida insípida y sosa; demasiada puede ahogarte».

Donald Tubesing.

El estrés es un conjunto de procesos y respuestas inmunológicas, emocionales y neuroendocrinas que aparecen ante situaciones percibidas como amenazantes o desafiantes, y también, cuando estas situaciones superan nuestros propios recursos para hacerles frente.

Este estado puede manifestarse con: el exceso de responsabilidades, la falta de tiempo, la pérdida de empleo, las relaciones familiares o los problemas de salud, por mencionar algunos desencadenantes.

Pero, a pesar de que no nos suele gustar experimentar estrés, lo cierto es que este nos puede ayudar a superar retos. Nos permite afrontar diversas tesituras y tiene como objetivo mantenernos a salvo. Nos ha sido muy útil a lo largo de nuestra evolución porque nos ha ayudado a enfrentarnos a diversos peligros y adaptarnos a diferentes circunstancias. Este tipo de estrés lo podemos calificar como positivo (eustrés), pues nos resulta funcional, es de intensidad leve o moderada y nos mantiene alerta, activos e implicados en cualquier tarea.

Nuestro cuerpo se adapta para afrontar situaciones adversas, aumentando la frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción del corazón para correr o actuar rápido, incrementando la frecuencia respiratoria con el fin de conseguir más oxígeno para nuestros órganos, aumentando la dilatación pupilar para ver mejor y mejorando nuestra concentración, entre otras adaptaciones.

Llegados a este punto, resulta necesario hacer una distinción entre estrés agudo y crónico. El estrés agudo aparece cuando afrontamos un cambio abrupto en nuestra vida, como una enfermedad, un cambio de ciudad o un despido. En estos casos hay un estrés periódico, con fecha de principio y de fin, pues una vez atendidos estos factores el estrés desaparece. Sin embargo, cuando el estrés es crónico, se inician cambios que nos desequilibran y desajustan, dando lugar a consecuencias negativas. Aquí muestro algunos de los efectos del estrés crónico:

  • Problemas emocionales. El estrés mantenido puede provocar tristeza, depresión, irritabilidad, apatía o desilusión.

  • Dificultades cognitivas. La capacidad de tomar decisiones, pensar con claridad y recordar información puede verse afectada en este estado.

  • Problemas físicos. Se sabe que las personas con estrés crónico tienen más riesgo de padecer infarto de corazón, taquicardias e hipertensión. Igualmente, cuando estamos estresados, somos más propensos a resfriados e infecciones.

  • Problemas de sueño. El estrés puede interferir en la cantidad y calidad del sueño.

  • Desgaste profesional. En el ámbito laboral, puede llevar al agotamiento o al síndrome de burnout, produciendo falta de motivación y reducción de la productividad.

  • Cambios en el comportamiento. Cuando estamos estresados, solemos hacer menos actividad física, comer de manera desordenada, fumar o beber más.

  • Problemas en las relaciones. Se pueden ver afectadas las relaciones sociales y familiares, con tendencia al aislamiento social o comportamientos más agresivos y/o violentos.

Existen muchas pautas y estrategias que pueden ayudar a manejar y mejorar el estrés crónico, y que se pueden aprender en terapia psicológica, como por ejemplo: técnicas de relajación, mindfulness habilidades sociales, gestión del tiempo, establecer límites personales o laborales, fomentar la resiliencia o la higiene del sueño entre otros aspectos.

Si padeces estrés crónico, no sabes cómo manejarlo y observas que está afectando a tu área personal, laboral y/o social, no dudes en acudir a un profesional de la psicología, pues puede ayudarte al respecto.

Cabe recordar que es normal buscar ayuda cuando nos sentimos sobrepasados por el estrés crónico y que en estos casos, resulta importante realizar una intervención temprana que pueda prevenir problemas de salud más graves a largo plazo.

Juan Antonio García Suárez Psicólogo colegiado, nº: AO-11059 ARPA Psicología y Nutrición

Referencias bibliográficas

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Bisquerra, R. (2020). Universo de emociones. PalauGea Comunicación S.L.

Fernández-Prada, M. (2016). Evaluación psico-fisiológica del estrés, la salud percibida y los riesgos psicosociales en profesionales sanitarios.

Aroa, R. (2023, Abril). Tipos de estrés. Instituto Europeo de Psicología Positiva. 

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